El cobre y sus derivados, como el bronce al aluminio, son vitales para la industria. Junto al acero y el aluminio es uno de los metales más usados en el mundo. Análisis de interacción de procesos internos y externos, sumado a materiales de alta calidad, son el núcleo para superar los desafíos presentes.

Las ligas de base cobre son diversas. A lo largo del tiempo diferentes aleaciones fueron surgiendo como respuesta a las nuevas demandas de la industria. Los últimos decenios aceleraron la dinámica económica mundial. Los nuevos tiempos obligaron a repensar los procesos productivos de las empresas. La necesidad de optimizar la productividad exige realizar un análisis más riguro en la búsqueda, detección y reducción de cualquier punto ineficaz del proceso. Lo que antes se consideraba un problema banal hoy debe ser resignificado.

Por consiguiente, el mantenimiento de máquinas y equipos debe ser realizado con la frecuencia recomendada por el fabricante. Si se desea extender los tiempos los productivos es necesario usar materiales de excelente calidad y alta prestación. En el segmento de los no ferrosos el bronce al aluminio logró posicionarse por encima de las aleciones como el cobre-estaño y el cobre-plomo. Menor peso específico, altas resistencias mecánicas, y el coeficiente de rozamiento más bajo conocido hasta el momento (0,0110 a 0,0056 mu). Estas caraterísticas lo transforman en la mejor opción para disminuir detenciones por reparaciones, y en contraposición, aumentar la producción.